Tengo el placer de dar la bienvenida a invitado especial Juan Manuel Mercader
a Elephant Journal con este artículo poderoso
sobre el matrimonio divino entre lo femenino y lo masculino.
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El Despertar Interior en la Mujer
Durante siglos y siglos el hombre se impuso en la organización de todas las estructuras sociales-politico-religiosas-culturales y tenemos como resultado de esa dominación implícita o explicita, latente o evidente, un mundo donde la razón se impone al corazón, y el miedo al amor.
Esta dominación y opresión que ha atravesado todas las esferas de la vida ha conducido a un mundo donde la mujer ha sido victima de abuso y/o explotación sexual, o bien de opresión respecto a conectar con la diosa sexual que vive en ella, generando culpas y remordimientos respecto a su inmensa capacidad de goce sexual. En el ámbito de lo económico y social la mujer se ha relegado a posiciones serviles o no inclusivas al tiempo el hombre (no consciente) se conduce desde la competitividad, depredación de recursos y anhelo de poder.
A toda esta expresión de la dominación masculina me gusta mencionarle (y esto no es más que una etiqueta) “masculinidad toxica.” La masculinidad ni la energía de lo masculino en si no es el problema sino la forma en la que el hombre la aborda desde su costado más sordido y menos presente. Durante las ultimas décadas como “contraofensiva” a esa dominación han nacido muchas expresiones y movimientos feministas, que mientras en apariencia superficial parecen haber logrado muchos progresos hacia la igualdad de generos, en el fondo han contribuido a crear discordia, remordimientos y mayor separación. Imagine una guerra, en este caso de generos. ¿quien podría ganar en ella? NADIE, como en ninguna guerra o conflicto de ninguna índole.
El feminismo no es la solución al machismo. Del mismo modo ningún opuesto es solución hacia aquello pretende evitar. Por el contrario aquello rechazamos genera más resistencia. El miedo es ausencia de amor como la obscuridad es solo ausencia de luz. Cuando la mujer abraza la bandera de defender a su genero, implícitamente está entrando en conflicto con su otro genero en lo externo e interno. A ver el mundo desde el intelecto/ego es verlo como separados y no como parte de un todo.
Los hombres, como genero, que hemos sido parte de todo aquello subyugando a la mujer, simplemente hemos sido inconscientes, no estando PRESENTES en nuestro corazón y Dios interno y actuando desde la repetición de mandatos sociales/religiosos/culturales heredados. Del mismo modo, la mujer que o bien es machista (muchas mujeres lo son y aceptan de manera implícita la dominación) o feminista (aquellas que se resisten a esa dominación atacando lo masculino) emprenden una cruzada que operando desde la dualidad hará que nunca se sientan completas, en paz y armonía.
El camino tanto para el hombre inconsciente como para la mujer es abrazar dentro de si su “matrimonio interno” como ha dicho sabiamente Osho. Esto implica que cada cual abrace dentro de si mismo la energía de su genero y la de su complemento. En un nivel de conciencia infinita no estamos separados, somos una sola energía de amor, Dios y unidad, solo que nuestro intelecto limitado nos impide entrar en conexión con esa verdad. La energía masculina complementa la femenina del mismo modo a la inversa. Lo femenino y masculino están presentes en toda la creación y a todo nivel. ¿Cómo podemos evitarlo, suprimirlo, negarlo?
Como el camino de superación personal es un viaje individual, quedarse en la victimización o bien pretender que el cambio opere fuera de uno mismo no representa ningún progreso. En vez de pretender cambiar la sociedad o exigir que el cambio provenga de los hombres inconcientes, les invito mis queridas amigas a que el cambio opere en su ámbito de realidad interior. Como sabiamente ha dicho Gandhi, “No puedes cambiar el mundo, solo puedes SER el cambio elijes ver en el mundo.” En otras palabras la mujer quien vive reprochando al hombre, con rencores, o pretende emprender una vida donde suprima o combata lo masculino no hace más que reforzar esa inmensa brecha de dualidad e incompletud.
Abrazar el matrimonio interior desde la meditación, introspección y trascendencia propia lo que hace es que uno entra en estado de paz y completud donde vemos al otro, a nuestros otros yo que nos espejan como parte de un todo. Una mujer en paz consigo misma, amará universalmente todos los hombres y mujeres y podrá ver más allá de las mascaras del ego de ellos compasivamente. Seguramente toda mujer que tenga resuelto ese conflicto en si misma, no tendrá ningún problema para relacionarse e interactuar con ningún hombre a ningún nivel (pareja-amistad-trabajo-sexual, etc).
Image by Kirk Reinert, www.kirkreinert.com.
Hablar de empoderamiento en la mujer no es más que hablar de despertar hacia una vida en conciencia expandida. Expandirnos no es más que poder ver en nosotros nuestros miedos, limitaciones, discordias y conflictos abrazando una vida en unidad.
Juan Manuel es de profesion Lic. en Administración por vocación, pero a partir de su máximo enfoque en su transformación personal, activista y coach espiritual. Su inspiración es la expansión de la conciencia, la unidad mundial y el amor universal, y él tan solo ha comprendido que para provocar y empujar una transformación positiva en el mundo tan solo basta eligir ser el cambio deseas ver en ello. Para conocer más sobre él y los contenidos que comparte a diario visitar su Página Pública en Facebook.
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