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Nunca se sabe cuando un gran momento de inspiración va a golpear. Muy a menudo, sucede cuando uno menos se lo espera.

Ese fue el caso de Celeste Mergens, fundadora de Days for Girls International. Para Celeste este momento transformativo llegó a las 2:30 de la mañana, cuando despertó de un sueño profundo en su casa cerca de Seattle, Washington.

Celeste y su esposo Don habían trabajado en África desde hace años con la Fundación Clay, y Celeste estaba trabajando con los orfanatos locales en Kenia, una causa de la que ella estaba convencida era su verdadera vocación. Pero todo eso cambió a las 2:30 de esa fatídica mañana cuando se despertó con la idea aparentemente al azar en su cabeza, “¿Has preguntado qué hacen las chicas con respecto a la higiene femenina?” Si bien la respuesta a esa pregunta es obvia en nuestra sociedad occidental, Celeste en realidad no tenía idea de lo que las niñas en el orfanato de África hacían en sus ciclos menstruales.

Celeste envió de inmediato un e-mail al director del orfanato, y tuvo la suerte de que él estaba en un café Internet al mismo tiempo, y le respondió enseguida. Con la respuesta del director, Celeste se dio cuenta de lo mucho que damos por hecho nuestro propio acceso a la higiene femenina. Su respuesta fue: “Nada. Ellas esperan en sus habitaciones.”A pesar de que fue una respuesta sorprendente en sí mismo, no fue hasta que Celeste siguió estudiando las consecuencias reales de esa declaración que se dio cuenta de cuán grande es este problema en los países en vía de desarrollo.

Photo courtesy of Days for Girls International.

En muchos países en desarrollo, donde muchos ciudadanos viven en la pobreza extrema, las personas (hombres y mujeres) tienen poca o nada de educación sobre la biología del cuerpo humano, y por lo tanto no tienen conocimiento del hecho de que nuestros ciclos menstruales son de hecho una parte sana y natural de nuestro sistema reproductivo. En cambio, en las sociedades que tienen una larga historia de las creencias supersticiosas, el ciclo femenino es muy a menudo visto como una maldición. Las chicas tienen que  permanecer en sus habitaciones durante su ciclo menstrual, no sólo porque se cree que están sucias o impuras durante este tiempo, pero en varios casos, Celeste se enteró de que los habitantes del pueblo creían realmente que el pozo de agua del pueblo se secaría si las chicas salieran de sus habitaciones. Imagine el estigma con el que las niñas se tiñen en estas culturas.

Ahora piense en su rutina de caminar por el pasillo de higiene femenina en la tienda (hombres: si ustedes tienen una esposa, madre o hermana, lo más probable es que ustedes han hecho esta tarea también.) Y luego vuelva a leer esta frase: “Los habitantes del pueblo creían realmente que el pozo de agua del pueblo se secaría si las chicas salieran de sus habitaciones.”

El ciclo de pobreza que resulta de esta creencia es una verdadera tragedia, pues se debe a que estas niñas no tengan acceso a la higiene femenina. En el pueblo de Kenia, donde trabajaba Celeste, la educación es muy importante, pues la gente sabe que es el único camino posible para salir de la pobreza. Las familias no sólo ahorran todo su dinero para tratar de enviar a sus hijos a la escuela, los niños también tienen que pasar exámenes rigurosos para avanzar al nivel siguiente. Así es como debería ser; pero imagine lo que sucede a las niñas cuando tienen que faltar a la escuela durante una semana cada mes con el fin de esconderse en su habitación, acostarse sobre un pedazo de cartón y esperar a que el sangrado se detenga. Obviamente, esto las atrasa en sus estudios.

Durante un año escolar, las chicas faltan tanto a la escuela, que muchas veces no avanzan al siguiente nivel. Imagine si una familia tiene fondos limitados para la educación y debe elegir entre enviar a sus hijos o hijas a la escuela. Naturalmente, eligen a sus hijos, pues no tienen este problema de faltar a la escuela una vez al mes.

Considere por un momento que estamos hablando en gran medida de los países en desarrollo donde hay muy pocas, o ninguna, mujer en posición de liderazgo o poder. Imagine la situación de desventaja con la que las niñas comienzan desde la pubertad. En estos casos, son muy pocas veces que pueden ponerse al día con sus homólogos masculinos, y ellas comienzan a caer aún más en la pobreza. Y debido a que las familias ahora tienen una hija que tiene pocas posibilidades de obtener un buen trabajo remunerado, muy trágicamente se ven obligados a vender a sus hijas en el comercio sexual. En ese momento sus vidas se pierden en gran parte al ciclo vicioso de abuso y violencia. Según la Organización Mundial de la Salud el 72% de las niñas en África sufren abuso sexual antes de los 12 años (fuente: daysforgirls.org). Y este ciclo es en parte precipitado por y en gran medida agravado por el hecho de que las niñas no tienen manera de satisfacer sus necesidades de higiene femenina. ¡Imagínese!

Celeste sabía que tenía que hacer algo y es así que nació Days for Girls International. La organización de Celeste comenzó a trabajar con los donadores para crear un suministro de toallas femeninas para traer a las chicas. Esta misión arrancó con el objetivo de proporcionar toallas femeninas a tantas niñas como fuera posible. Celeste y su equipo comenzaron con toallas femeninas desechables con un costo de $200 por mes para todas las 500 niñas en el orfanato. Sin embargo, sabían que si seguían enviando fondos para la higiene, probablemente serían utilizados para alimentar a las niñas, no para la higiene femenina. En su lugar, comenzaron a trabajar para crear productos sostenibles y lavables para las chicas.

Cuando Celeste y su equipo regresaron a Kenia tres semanas más tarde para comprobar el progreso de su proyecto, se horrorizaron al ver que la valla metálica que rodeaba el orfanato estaba llena de toallas femeninas sucias. Encontraron los lados de las carreteras llenas de toallas y muchas de las letrinas obstruidas también. Sabían que tenían un desastre ambiental potencial en sus manos y esto fue la confirmación de que era necesario encontrar una solución más sostenible. De la misma manera que los pañales de tela han sido muy popular entre los círculos ambientales aquí en el oeste, ellos sabían que necesitaban crear toallas femeninas reutilizables, hechos de tela.

Es ahí cuando la verdadera magia empezó y cuando Celeste se dio cuenta de que el trabajo que creía que era su verdadera vocación, no lo era en realidad. En cambio, era un paso hacia lo que realmente era su vocación, una vocación que ella nunca podría haber imaginado, una vocación que se acercó a ella a las 2:30 de la mañana.

Celeste comenzó a trabajar con un equipo de voluntarios para coser las toallas femeninas reutilizables. Después de varias intentos y experimentando con diferentes tipos de tejido y después de incorporar las sugerencias de muchas mujeres, llegaron al patrón actual, que está disponible en su página web. Las toallas femeninas están hechas de una protección de tela que mantiene los tampones en su lugar, y el interior de las toallas está hecho con una franela absorbente, una de las telas más rápidas de secado y permitiendo así una fácil limpieza y reutilización. Las niñas también reciben una ropa interior en la que se puede colocar la toalla femenina. Después de muchos intentos para llegar a la solución de higiene femenina perfecta, ahora cada niña recibe su propio kit reutilizable que contiene lo siguiente:

– 10 toallas absorbentes de franela
– 2 alas ajustables (para mantener las toallas en su lugar)
– 1 paño para lavarse
– 1 set de ropa interior
– 1 barra de jabón
– 2 bolsas Ziploc grandes
– 2 prendedores (para sujetar las toallas)
– 1 bolsa con cordón

Aparte de ser reutilizables, estos kits han sido diseñados para que las bolsas de tamaño galón puedan servir como una máquina mini-lavado, que permiten a las niñas lavar las toallas de franela ellas mismas, con muy poca agua. Y quizás lo más importante, estos kits han abierto una puerta para que Celeste y su equipo faciliten conversaciones abiertas y educativas con los padres, maestros y líderes comunitarios acerca de la higiene femenina y temas de la mujer en relación con la prevención del VIH y otras ETS, el abuso sexual y la seguridad personal. Además, en los países donde los kits son más necesarios, Days for Girls ha sido capaz de formar a entrenadores locales para enseñar a sus propias comunidades cómo hacer sus propios componentes del kit.

Lo que antes era un tema tabú ya se ha puesto en primer plano de una manera segura e informativa, y lo más importante es que las propias mujeres están hablando y compartiendo sus nuevos conocimientos con otros miembros de la comunidad.

Además de tener acceso a la higiene femenina y con ello un mayor acceso a la educación y la oportunidad, lo más importante es que las niñas han adquirido conocimiento y con ello, poder. Las niñas han sido empoderadas y con esta fuerza interior recién descubierta, ahora también tendrán la oportunidad de hacer una diferencia en el mundo.

Aunque parezca increíble, en menos de tres años desde que Days for Girls International fue fundado, y con la ayuda de miles de voluntarios que hacen las toallas y preparan los kits, Days for Girls, junto con la ayuda de las organizaciones asociadas, ha entregado kits de higiene femenina a 50.000 mujeres en 22 países en 5 continentes. Days for Girls no sólo ha contribuido a mantener a las niñas en la escuela, sino que también han dado a las mujeres la valentía necesaria para hacer frente a abusos e, increíblemente se ha visto una reducción en la mutilación genital femenina.

Days for Girls International actualmente tiene como misión llegar a 400.000 mujeres en el año 2013.

Photo by Cheyenne Ellis. (CheyenneEllis.com)

¿Quiere ayudar a contribuir a esta importante misión? Aquí están las muchas maneras en que usted puede ayudar:

– Hacer donaciones deducibles de impuestos para los suministros del kit.
– Coser toallas, protectores o bolsas de cordón (¡Tenga una fiesta de costura con su equipo de costura!)
– Donar paños de limpieza, ropa interior y barras pequeñas de jabón (Guarde las barras de jabón de las sus estancias en hoteles).
– Donar bolsas Ziploc de tamaño de un galón.
– Unirse a una aventura de voluntarios para África y otros lugares para entregar estos kits y educar a la comunidad.
– Notificar a Days for Girls de los proyectos que necesitan estos kits.
– Decir a otros acerca de este tema tan importante.
– Ser una organización asociada.

Para obtener más información, visite la página web de Days for Girls International y asegúrese de seguirlo en Facebook.

Y recuerde, cuando usted tiene una epifanía “al azar” a las 2:30 de la mañana, aunque puede parecer una idea loca, preste atención. Podría ser una idea que cambie el mundo.

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Editora: Paulina Julian

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