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Desde que publiqué mi libro, Encuentra Tu Paz:  Guía Para Enseñarte el Camino, he notado una tendencia interesante en cuanto a la reacción de la gente. Aunque hay bastante gente que al leerlo quieren meterse inmediatamente en el libro, la mayoría prefiere mirarlo de lejos, casi con miedo al abrirlo ya que pueden entrar algunas palabras al cerebro por medio de ósmosis.

Es como si la mente de los monos que se describe como una mente que salta de un pensamiento a otro como el mono salta de un árbol a otro, estuviera diciendo: “¿Está seguro que quiere esto? ¿No está bien y cómodo con su vida ahora?” Entonces ellos responden: “Si, casi siempre… Pero, siento que hay algo más que podría hacer para encontrar paz, pero no sé que es. Tal vez este libro me va a ayudar.” Entonces la mente del mono dice con voz seductora:  “Oh, usted no necesita más paz. Está bien de la forma en que está. Tomaría mucho esfuerzo para cambiar y tendría que mover muchas cosas en su vida que sería demasiado doloroso e incómodo. ¿No prefiere esta “vida” que ya conoce en cambio del cielo, quiero decir, en vez del infierno de tener que cambiarlo? Entonces ellos contestan, ya enganádos, “Si, yo creo que tiene razón. Estoy bien. Todo está bien. Yo vivo en el cielo.” Ya que cielo es la única palabra conveniente que recuerda la mente del mono por que no está contenta con la existencia en el momento presente, sino que prefiere los pensamientos que pasan de lado a lado.

Yo sé que esto suena loco, y ¡lo es! Todos estamos locos, especialmente cuando nuestra locura es ignorante.Y, yo no soy una excepción a esta regla.

La mayoría de la gente optan por estresarse. Ellos prefieren el drama, el estrés, el dolor, el sufrimiento, el caos, el conflicto… ¿Pero por qué nosotros como humanos repetimos este comportamiento? Porque nos acostumbramos a esta situación. Entendemos esta comodidad y hemos aprendido a saber como funciona pensando que la controlamos. O por lo menos sentimos que estamos en control, aunque sea doloroso para nosotros. Ya nos hemos acostumbrado.

Si eligiéramos cambiar e intentar algo nuevo, no sabríamos qué vamos a encontrar delante de nosotros, haciendo que la “mente del mono” se ponga nerviosa.Y, hasta que comencemos a controlar esta mente del mono, ella nos controla a nosotros.

Como dije antes, no soy una excepción a esta regla. Por muchos años he tenido bastante trabajo para meditar diariamente. Siempre he creado una excusa tras otra: “No tengo suficiente espacio en mi apartamento.” “Necesito mi propio rincón para meditar.” “No tengo tiempo.” “No puedo usar un cojín regular; necesito comprar un cojín especial en el que pueda acumular energía positiva.” Las excusas se vuelven cada vez más creativas. Por ejemplo, mi perro Dino ha usado mi cojín de meditación más que yo, tanto que ya el cojín tiene la energia de un dormilón.

Cuando reflexioné acerca del por qué no quise meditar, fue la misma razón que está mencionada anteriormente. No quise confirmar a lo que sea que me va a ser revelado en esos estados profundos de la conciencia. No porque sea feo y oscuro, pero por el miedo que pueda tener que cambiar mi nivel de comodidad. Esto es, por supuesto, otra excusa, pero me engañé y fue lo suficientemente poderosa ya que me mantuvo aparte del cojín dormilón.

 La transformación de uno mismo no es fácil, pero para mí, es necesaria.

Ya no quiero estar protegida todo el tiempo. Algunas veces, siento que este mundo está girando fuera de control, especialmente cuando los desastres naturales suceden. Como cuando sucedió el tsunami de Japón, en donde uno se siente con una inmensa sensación de pérdida y desesperación. Aunque no hay nada que yo pueda hacer para evitar que un Tsunami lastime a la gente, por lo menos puedo prevenir que los pensamientos en mi mente se conviertan en un tsunami y me causen estrés.

Esta es la única manera efectiva que he encontrado para manejar el cambio. Deje que el pensamiento llegue a su mente, obsérvelo, y déjelo fluir. Así como me lo enseñó uno de mis primeros profesores: “Adáptese, Ajústese, Acomódese.” Yo cambiaría esto a: “Adáptese, Ajústese, Acomódese, con Ahimsa (No hacer daño.)” Esto es todo lo que puedo hacer.

No dejo que el estrés me escoja a mi. Al contrario, yo trato de eligir paz sin importar lo que me rodea. ¿Qué va a elegir usted?

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Editora: Jeannie Page

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