Observo que la gente escribe más y más sobre la iluminación, el yoga, la meditación, la comida, la familia y la buena política.

Recuerdo la resistencia que enfrentamos en el pasado al tocar este tipo de temas.

El debate sobre el “Espíritu” incomodaba a muchos y por supuesto nunca ha sido tema de sobremesa a menos que fuera en una conversación sobre la Guerra de las Galaxias. En el presente “la Fuerza” parece ser “el gran tema.” En libros, programas de televisión— inclusive en mercadotecnia— se utiliza el concepto del “Yo interno” como medio de comunicación.

Las personas atentas entienden que los medios de comunicación hacen sopa de las esperanzas y miedos del público, jugando un papel relevante en el moldeo de generaciones, modas y crecimiento emocional; creando caos en el orden… para poder así establecer un nuevo orden.

Los grandes manipuladores esparcen sus ambiciones a través de las masas y lo único que las comunidades pueden hacer es ser parte de la producción, o rezar porque aquellos en control estén entonados con los elementos de la iluminación real, en sincronía con valores universales, y en servicio de la humanidad.

Sentimos esperanza y vivimos con miedo, pero nuestra única acción efectiva le pertenece al “Yo interior.” Es lo que decimos, lo que pensamos y lo que hacemos a nivel individual lo que realmente cuenta en nuestra propia evolución. Primero decido, para poder así atraverme a vivir un cambio consciente.

Idealmente, nuestras palabras, nuestros pensamientos y nuestras acciones son una sola idea para que la integridad de nuestra manifestación en el mundo sea clara.

La claridad es lo que cuenta. Cuando hay claridad, no hay capas de comportamiento disfuncional que dominen y mi realidad se hace verdadera; y “la verdad dura cien años.”

El verdadero Yo crea confianza y la seguridad de ser. Supera todos los obstaculos. Ni juicios ni expectativas juegan parte en la historia, cuando hay claridad y verdad realmentenoy importa lo que se piense o se espere. Las cosas son como son.  Las cosas son lo que son. Con claridad puedo navegar el barco de mi vida en tandem con mi “espíritu.”

Asi que, sí, es maravilloso ver cuanto se habla sobre ser “sustentable.” sobre ser un “yogi,” sobre ser “medicinal,” sobre  “vivir como ejemplo,” sobre “manifestar fisica cuantica.” Es agradable ver que despues de siglos la idea “Soy lo que como” comienza a ser implementada en la educacion de nuestros hijos.

Es fantastico que el “sexo” se popularice como “tantra” y como el camino del amante hacia el alma. Increible que la politica finalmente note el poder de la “esperanza”, aun si es tan solo por la” fuerza vibratoria” de la palabra. Hermoso es que los musicos modernos compogan musica de las “Esferas” y presten atencion a sus propiedades vibratorias de la frecuencia del sonido y que dirijan su arte hacia la salud y el despertar del “Ser.”

Es una maravilla ver que las madres de hoy cargan a sus hijos, los alimentan con pecho en vez de aditivos en formula, que los mantienen cerca del corazon para cuidar el futuro cuidado de la Tierra; valorando su derecho de ser Mujer en vez de perderse en el juego de “la identidad.” Es genial ver hombres que cuidan de su “manada” y disfrutan de nuevo el concepto de la familia, porque “la familia es la base de la sociedad.” El balance del Yin y Yang.

Cuando leo Elephant y me encuentro con todos sus niveles de conciencia, con toda clase de debates, con todo tipo de personas tratando de cambiar al mundo con la certidumbre de haber descubierto “la verdad absoluta” sobre cualquiera que sea el tema en discusión, me acuerdo de que nada en el Universo es “absoluto” y que todo es relativo entre sí.

Y rezo por tener más humildad y para que mis opiniones no pierdan quietud al cambiar su naturaleza. Me acuerdo de que somos un universo, que vivimos en el planeta Tierra y que Yo Soy… cambio.

Que todos los seres sean felices.

Yeye

 

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Editora: Andrea B.

 

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