¿Cuándo fue la última vez que miró hacia su barriga, le dio una palmadita, y dijo simplemente, ‘Gracias’?
Es muy probable que haya sido hace mucho tiempo ¿verdad? Bueno, estoy acá para decirle que esto debe cambiar. Nuestros intestinos son tan vitales para nuestro ser que a menudo se los consideran nuestro segundo cerebro. Tenemos un sistema nervioso por ahí que está totalmente independiente y que merece atención.
De acuerdo a Scientific American, “Un conocimiento más profundo de esta masa de tejido nervioso, llena de importantes neurotransmisores, reveló que lo que hace, es mucho más que simplemente manejar una digestión o causar una punzada nerviosa ocasional. Este pequeño cerebro en nuestras entrañas, en relación con el grande en nuestros cráneos, determina en gran parte nuestro estado mental y juega un papel clave en determinadas enfermedades en todo el cuerpo.”
Hay muchas enfermedades de la sociedad actual que tienen que ver con este cerebro en el intestino y que vale la pena considerarlo con mayor conciencia, compasión y comprensión.
La grasa del vientre se ha convertido en una de las más populares búsquedas por internet. La odiamos, la evitamos, la maldecimos, hacemos abdominales, lo que sea. No es algo nuevo o extraño que todos queramos lucir sexis o delgados y al parecer los abdominales tonificados son una parte integral de éste deseo.
¡Te cacho! ¡Estoy contigo! Y no sólo eso, pero la grasa del vientre es potencialmente la más peligrosa de todos los tipos de grasas, ya que podría aumentar el riesgo de hipertensión arterial, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares según la Escuela de Medicina de Harvard y Livestrong.
Nosotros los yoguis tenemos suerte porque se recomienda la yoga como una de las maneras más eficaces para eliminar la grasa del vientre mediante los saludos al sol. Así que para aquellos de ustedes que todavía están indecisos en tomar clases de yoga, espero que con esto se animen a probarlo ¡ya!
Soy una fan de utilizar cualquier moda para atraer a la gente a los tapetes y si quieren empezar trabajando los abdominales pues bueno, vamos a hacerlo.
Pero antes de eso tengo una mejor manera de ayudarle a deshacerse de esos rollitos de la barriga y tiene que ver con la compasión y el aprecio. De verdad, hablo en serio.
Yo pasé muchos años avergonzada de mi ligera barriga sobresaliente. La cubría, me obsesionaba, la rehuía, y la maldecía. Pero un día me di cuenta: ¿Cómo podría tener expectativas de mejorarla? si estoy constantemente regañando a esta parte de mi cuerpo por su apariencia física y en realidad sin apreciar nada del trabajo inmenso y los sucesos maravillosos que pasan dentro de ella.
¡Aja! En ese momento me dí cuenta y sonreí por mi panza de Buda, le dí un masaje, una palmadita y le dije ‘gracias.’
Le juro que inmediatamente me sentí mucho mejor. Y no sólo eso, poco después, a decir verdad, tenía una barriga más plana y tonificada que la que había tenido en años.
Cuánto vale un poco de aprecio.
Ya no estaba luchando con esta parte integral de mi ser—lo cual es bueno porque a lo que se resiste, persiste; por el contrario trabajaba de acuerdo con ella, éste cerebro en el intestino, da lugar a nuestra intuición y muchas veces a nuestros más grandes esfuerzos.
Quiero animar a cada uno de ustedes para mirar hacia abajo, a la barriga, y darle una palmadita y un masaje mientras le envían un poco de amor, compasión y sobre todo la gratitud por todo el trabajo importante que hace. Tenga en cuenta que al instante que lo haga sentirá un suspiro de alivio, un poco de aceptación y tal vez bajes un par de libras de preocupación y obsesión.
Trabaje con su vientre, haga lo que quiera, lo que necesite y no luche contra ella. Sea paciente.
Con el tiempo sentirá su cuerpo más acorde con el mismo, más equilibrado y a la vez con menos enfermedades y cargas pesadas.
Para hacerlo todavía mejor pruebe la respiración del vientre profundo, ya que es una de las mejores maneras de evitar el estrés, la ansiedad y calmar los nervios. Al mismo tiempo encontrará un sentido de compasión, confianza y aceptación de su ser. Sus entrañas se lo agradecerán.
Escuchemos a Chögyam Trungpa cuando dice que “Tenemos miedo de enfrentarnos a nosotros mismos. Ese es el obstáculo. Experimentar el núcleo más íntimo de nuestra existencia es muy vergonzoso para un montón de gente. Muchas personas recurren a algo y esperan que los libere sin tener que enfrentarse a sí mismos. Eso es imposible. No podemos hacer eso. Tenemos que ser honestos con nosotros mismos. Tenemos que ver nuestro intestino, el excremento, nuestras partes más indeseables. Tenemos que verlos. Ese es el fundamento del guerrero, básicamente hablando. Lo que está ahí, tenemos que enfrentarlo, tenemos que mirarlo, estudiarlo, trabajar con él y practicar la meditación con él.”
Piense en Buda, ¿Cómo es posible que alguien tan feliz como él pueda tener una barriga tan grande? Es porque él sabe que gran parte de nuestra fuente de sabiduría viene desde esta parte integral de nosotros mismos. Con la sabiduría, el conocimiento, la risa, la gratitud, un equilibrio de alimento para el alma con comida sana, y sobre todo abrace su panza de Buda.
Y no olvide leer mi próximo artículo donde les enseñaré como hacer los saludos al sol de una manera fácil, rápida, y eficaz.
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Asistente Editorial: Gabriela Magana
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