Quiero escribir sobre las mujeres que han pasado por mi vida y por las que todavía no conozco.

Quiero hacer poesía que festeje la vida de mis hermanas, poesía que las honre en su diversidad y en su naturaleza.

Quiero hacerles saber que son diosas, todas y cada una de ellas. Diosas que danzan a diferentes ritmos por la vida.

Quiero que sepan lo importante que son no solo para mí, si no para el mundo entero.

Quiero que se reconozcan como guerreras, amazonas de corazones salvajes, gitanas que leen fortunas en la luna y sirenas que reflejan calma o tormenta en sus miradas.

Quiero que se admiren por el amor que entregan en sus hogares como esposas y madres, porque en su matrimonio cultivan amor y paciencia, constancia y entrega, porque es aquí donde libran batallas y perseveran con valentía.

Quiero que sepan que como madres llevan la semilla más delicada y sagrada de la Tierra. Son vida, son agua, son aire y espíritu. Son ángeles que velan por el presente y por el futuro, son constructoras y maestras.

Quiero que se aplaudan en su soltería, porque no ha llegado la persona indicada o porque simplemente eligen un camino de independencia y autonomía.

Quiero que se sientan orgullosas de sus pasiones, de sus amores y desamores.

Quiero que dejen de sentir culpa o vergüenza, que olviden aquellos tabúes que estúpidamente les quisieron inculcar en una cultura de machos.

Quiero que sepan que no necesitan de nadie que les confirme que son valiosas, que son hermosas, que son sabias.

Quiero que también sepan que no necesitan de nadie para explorar su sensualidad.

Quiero que se sientan capaces de despertar y saberse valiosas, saberse dignas y saberse heroínas de historias.

Quiero que también ellas honren a sus mujeres, a sus viejas y a sus niñas, que vean y reconozcan la divinidad en su feminidad.

Quiero que dejen de tener miedo a luchar y decir lo que realmente quieren o piensan, ya sea un taladro o una escoba, mientras sea suyo es lo que importa.

Quiero que se sientan libres de vestir a su antojo, sin temor a sentirse juzgadas, amenazadas o controladas.

Quiero que salgan a correr desnudas por la playa, que aspiren el viento fresco,
que se liberen de cualquier atadura, de cualquier complejo, que desnudas se sientan bellas y sensuales.

Quiero que se sepan únicas e irrepetibles.

Quiero unirme a su canto a las estrellas.

Quiero que sepan que son amadas.

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Autora: Montse Leon

Foto: pertenece al autor

Editora: Yoli Ramazzina