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September 19, 2023

Lo malo es más poderoso que lo bueno: hay que a usarlo para nuestro beneficio

Nuestro cerebro reacciona con más vigor a los acontecimientos malos que a los acontecimientos buenos

Empecé a pensar en el poder de lo negativo porque he notado que incluso los artículos positivos de los medios tienden a encabezarse con un título ligeramente negativo, ya que al hacerlo venden más titulares. El sensacionalismo malo es particularmente cautivador y atrae a más lectores, y en última instancia, hace que las noticias y los periodistas que las publican atraigan mayor tráfico y generen más ingresos por visitas y anuncios. Según varios estudios sociológicos, las noticias negativas se perciben como más veraces que las noticias positivas o neutras, y parecen ser validadas por más lectores. Esta tendencia es conocida como el sesgo de la negatividad “negativity bias”.

He estado analizando el poder de lo que es negativo, para desarrollar estrategias para los emprendedores y las emprendedoras que asesoro, para ayudarles a transformar lo negativo en positivo y al mismo tiempo creando nuevas oportunidades. Estas estrategias están inspiradas por muchos estudios de la Neurociencia, así como por el libro escrito por John Tierney y Roy Baumeister, “El poder de lo malo: cómo nos gobierna el efecto de la negatividad y cómo podemos gobernarlo”. Una nota curiosa mencionada por Roy Baumeister en uno de sus artículos en Psychology Today, afirma que una noticia negativa cuando se presenta junto a otra positiva, suele ser leída siete veces más que las positivas.

Tu cerebro es tu enemigo

Tu propia mente puede ser tu mejor amigo o tu peor enemigo, dependiendo de cómo te relaciones con ella. Solo ten en cuenta que “nuestro cerebro es muy hábil en suprimir las buenas noticias cuando no importan tanto, pero al mismo tiempo es menos riguroso ocultando las malas noticias irrelevantes” (El poder de lo malo). Esto es, en su mayor parte, consecuencia de la amígdala cerebral, la parte del cerebro que se encarga de hacernos sentir emociones, y que es responsable por la respuesta a situaciones de riesgo. A veces, la amígdala entra en estado de emergencia simplemente al percibir amenazas derivadas de sutiles sonidos, mensajes de textos o al timbre del teléfono. Interpreta estos estímulos mundanos como si fueran amenazas verdaderas. En las ciencias sociales, esto es conocido como “el secuestro de la amígdala” (amígdala hijack), o sea que este órgano puede llegar a convertir inputs irrelevantes o neutros en amenazas serias.

Lo fascinante de la amígdala es que incluso cuando las cosas van bien, se esfuerza demasiado tratando de buscar problemas que no existen, manteniendo pensamientos negativos en nuestra cabeza. Cuando un problema real se resuelve, la amígdala sigue dibujando escenarios negativos sobre lo que podría haber salido mal. Además, y como se mencionó en el libro El poder de lo malo, incluso después de que una persona haya tomado una buena decisión financiera que resulta en ganancias monetarias, la amígdala continúa reaccionando a las amenazas y pérdidas financieras que no se materializaron y que podrían haberse dado. En otras palabras, los malos pensamientos se mantienen en nuestra mente por más tiempo de lo necesario y siguen influyendo en nuestra toma de decisiones y bienestar.

Los eventos negativos son más impactantes

Los sucesos negativos tienen un mayor impacto en nuestro pensamiento que los eventos positivos. Según una investigación de psicología social, las personas suelen estresarse más por la pérdida de 50 euros que alegrarse por encontrar la misma cantidad de dinero. Esto también se conoce como la asimetría positivo-negativa. Este sesgo de negatividad significa que sentimos el dolor de un comentario negativo o un reproche con mucha más fuerza que la alegría de un cumplido o un hito importante. Todas las interacciones humanas están sesgadas hacia lo negativo y tendemos a notar eventos negativos y las recordamos de manera más duradera.

Los políticos manipulan lo negativo

España está viviendo otra crisis política donde la izquierda y la derecha, ambas perdedoras en las elecciones de julio, se atacan insultándose y divulgando información negativa y a menudo falsa en lugar de ofrecer al oyente sus propuestas de mejora para la política estatal. Lo curioso es que, dentro de ese caos, a los votantes parece atraerles más ese tipo de información y la siguen y replican más a menudo llegando a viralizar bulos sin sentido. Las investigaciones han demostrado que los votantes buscan información política negativa más que la positiva y, si la demanda existe, los políticos y los futuros líderes potenciales de España proporcionarán negatividad independientemente de que sea falsa. La negatividad funciona para los candidatos que saben usarla para su beneficio y que utilizan las tecnologías para ampliar el impacto de lo malo como hemos visto en otros países.

Debes evitar lo que es negativo a todo coste

En los negocios y en la vida, aquellos que se enfocan en evitar que sucedan cosas malas parecen tener más éxito y prosperidad que aquellos orientados principalmente a maximizar los resultados positivos. Una persona que ignora el peligro de una quiebra corporativa durante una crisis económica como la actual, puede ser sorprendida cuando se agote la financiación bancaria. Del mismo modo, las personas que ignoran el riesgo de incendios forestales porque no creen en el cambio climático, pueden no vivir para ver el día siguiente. Por otro lado, una persona que ignora la diversión de una noche de marcha puede perder nada más que eso, una noche divertida. Por lo tanto, la supervivencia y el bienestar de las personas parecen requerir más enfoque en evitar las experiencias negativas que para buscar resultados positivos.

Notas concluyentes

Es más importante eliminar lo negativo que acentuar lo positivo. En otras palabras, evitar lo malo es más importante que realizar buenas acciones. Cuando sucede algo malo, enfócate en convertir este evento negativo en algo bueno. Lo que esto significa es usar la retroalimentación negativa para aprender a no volver a realizar la misma acción y mejorar las tomas de decisiones. Usa el fracaso como una retroalimentación positiva y sigue intentándolo. Los errores evitables deben ser un área central de enfoque, que a menudo se puede abordar hablando menos y escuchando más.

Detén el mensaje negativo sobre uno mismo a toda costa, y cuando tengas un mal pensamiento, dite a ti mismo en voz alta… “No es útil”. Tu cerebro puede estar escuchando y cambiar su comportamiento en el futuro.

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Andrea Zanon  |  Contribution: 31,090