Note: This is an aritcle in Spanish to support multilingualism

La verdad es que ya no me gusta mucho vivir en el mundo occidental porque se ha vuelto demasiado en mundo de dinero. Estas cosas no se descubren como turista con gafas (de sol) pero solo a la segunda vista. Yo mi fui a Ibiza porque nunca había estado y por los buenos recuerdos que tuve de la España dónde viví hace 16 años. Viví en San Sebastián en el país vasco y buscarse la vida no era tan difícil como hoy en día. El mundo cambia rápido. No envidio a la gente para nada que ahora viven en apartamientos medio lujo metido todo el día en casa delante su ordenador trabajando para una empresa rara online para poder pagar a su apartamiento con piscina línea playa, este tipo de apartamiento nuevo con palmeras y sin alma pero a sus habitantes, les da la ilusión de ser algo mejor que aquellos que no logran salir nunca de su pueblo de campo que se despierta todos los días a la hora del aperitivo cuando se reune en los bares inmortales numerosos, todos los días y todos los años lo mismo. Al final los que se quedan son los desilusionados dando mala pinta al pobre pueble. ¿A dónde van los demás? ¿Estos pocos que quieren escapar de este mundo sin sentido? ¿Al ‘tercer’ mundo? Cuanto me gustaría estar allí ahora. Me vienen a la cabeza países como la Nicaragua o de todas formas deben ser lugares dónde nadie va (hay pocas también en Europa) porque en este caso se garantía la originalidad, la pura vida que no se torna alrededor del dinero solo, grandes oportunidades de plantar árboles con nuestros manos en la tierra juvenil para crecer nuestro mundo de sueño con gente a los que no les importa el dinero en primer lugar pero el ser humano, la comunidad verdadera que se ha perdido en el mundo moderno occidental. Basta con soñar y hay que volver al momento. La España es el lugar mejor para practicar mi Español, el primer motivo porque vine aqui. El Castellano, el Español claro se habla solo aquí. Hay que motivarse y meterse en la calle cada día de nuevo y descubrir lo que todavía no conozco, lo que está más allá de mi imaginación. Caminando con este sentimiento de libertad bajo el sol caliente de España con el pelo suelto y el vestido flotando en el viento entre naranjos y limoneros alegrándose del mar de flores de mil colores creciendo en la tierra inocente. Esto sí, me da este feeling. Para mi la Ibiza hippie ya no existe, esto es una nostalgia de otro tiempo que la gente aquí todavía intenta a imitar y a vender en los mercados varios de hippie y en las tiendas exclusivas. El ser hippie no es un estilo, es un sentimiento y no se compra ni se vende. Es un sentimiento de libertad y amor en el corazón que no se conserva con joyas ni con ropa ni depende de lugar ni de tiempo. Es un sentimiento que se crece por dentro y que se lleva con cada paso por todo el mundo todos los días.

Author: Janet Kaufmann